Por Jaime Andre Novoa
Varias medidas se han formulado a raíz de la pandemia por covid-19 que tuvo origen en el año 2019 y hasta la fecha ha permitido conocer varias maneras de cómo los seres humanos pueden reaccionar para continuar sobreviviendo a un mundo cada vez más unido por la información y conectado a través de los servicios de internet y redes sociales.
Si bien, esta pandemia demostró que un virus puede ocasionar la extinción de una especie, también demostró nuestra capacidad humana de resiliencia y creatividad con las cuales logramos superar esta etapa de incertidumbre que nos ha permitido encontrar nuevas maneras de producir y ser más conscientes de los efectos que tienen cada una de nuestras acciones sobre el planeta.
En particular, podemos referir en este artículo, las medidas e iniciativas en materia laboral que se han tomado y que han avanzado hacia un cambio drástico de lo que hacíamos con frecuencia.
El teletrabajo, a pesar de que en Colombia veníamos hablando de él desde el año 2008, solo fue relevante desde que comenzó la pandemia. Fue en este momento cuando las empresas buscamos alternativas como esta para garantizar que se mantuviera el empleo de nuestros trabajadores.
Esto también se consideró un reto en cuanto a la aplicación práctica de esta modalidad de trabajo ya que, la teoría sobre hacer proyectos piloto; de acuerdo con el libro blanco del teletrabajo, que se formulaba en el 2012; quedó limitada a su aplicación inmediata, aunque con algunos vacíos en cuanto a las obligaciones que esta modalidad exigía para empleadores.
No solo el teletrabajo fue considerado dentro de las medidas por mantener el empleo. También se consideraron el retiro de cesantías o la asignación de vacaciones en algunos (sino en la mayoría) de los casos a inicios de la pandemia.
Otras modalidades surgieron como parte del reconocimiento de una medida que permitiera “reconocer” de alguna manera el trabajo mediante terminales remotas o desde casa. Así, un concepto que se formuló fue el de TRABAJO EN CASA que, de acuerdo con la normatividad, se establece de manera excepcional o temporal y que según el Ministerio TIC, el 91% de las empresas colombianas lo adoptaron.
Esto, como todo cambio en las operaciones de las empresas, trajo consigo una nueva serie de retos en materia de riesgos laborales; especialmente a nivel biomecánico, psicosocial y de seguridad, ya que se tenían otros escenarios en los hogares de cada trabajador que debían considerarse en ese proceso de identificación de riesgos y peligros.
Estas nuevas formas de trabajo que nos vimos obligados a tomar como medidas para evitar el desempleo tienen un impacto a nivel de riesgos que involucra, entre otras:
desordenes musculo-esqueléticos por los diseños inadecuados de los puestos de trabajo o las posiciones adoptadas en sitios de trabajo como el comedor o la sala de nuestra casa. Depresión o ansiedad por el manejo de emociones, duelos y luto o simplemente las relaciones con nuestro grupo familiar. A nivel de seguridad, las condiciones locativas, la falta de medidas de control como un extintor o botiquín en casa, entre otros.
Si bien, reconocemos estas nuevas formas de trabajo como iniciativas de cambio en nuestro mundo cada vez más conectado; también es un llamado para que consideremos todas las variables posibles al momento de hacer realidad estas nuevas formas de trabajo.
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