Explorando mis redes sociales leí un artículo que me pareció apropiado para esta edición.
Se trataba de una persona contando su historia sobre renunciar al trabajo dando prioridad a su salud mental. Una decisión valerosa si la observamos desde el punto de vista del autocuidado y la priorización de la vida misma.
Mencionaba que, para algunas personas el “Renunciar” a algo es tomar el riesgo de asumir las consecuencias y explorar nuevas opciones que en ocasiones causan ansiedad, tristeza, estrés entre otras emociones que generan malestar por saber qué hacer si no contamos con eso que nos genera algo de estabilidad en la vida.
No está de más el título de este articulo ya que describe la entrega de una torta con una frase: “Felicidades por renunciar” y es en este punto donde reflexioné sobre la importancia de mantener un núcleo social y familiar que brindé apoyo a las decisiones que tomamos.
No solo es fundamental, sino que permite establecer la calidad del relacionamiento con las personas con las que compartimos y el apoyo moral que de cierta manera nos brindan. Pero también es importante enfocarnos en aquello que nos acerque hacia la felicidad.
En efecto, cuando tomamos decisiones como esta que me encontré, no es fácil y más cuando se tienen personas a cargo u obligaciones por cumplir, que incluso es la motivación principal para levantarse cada mañana y adentrarse en esa selva a la que llamamos trabajo.
Pero surgen entonces las preguntas sobre el valor que tengo como persona desde mi individualidad.
La torta, no solo representa ese apoyo que nos brindan las personas que nos rodean, sino que marca un nuevo comienzo. Uno donde nuestra salud mental, nuestra individualidad y nuestra vida es la prioridad.
De Facundo Cabral aprendí que las cosas se hacen por amor o no se hacen y si no estoy haciendo mi trabajo con amor ¿Por qué lo hago? Y es ahí donde el trabajo puede convertirse en una exaltación o en una condena, porque cada uno vive de la misma manera en que se concibe así mismo, pues el trabajo es una expresión de lo que cada uno sabe hacer.
Por infortunio de algunos, el trabajo no se vive, sino que se ven obligados a levantarse día tras día a la misma hora para organizarse y dedicar gran parte de su jornada a su trabajo, tener una lista de pendientes, cumplir el horario y regresar a su casa o a su dormitorio para descansar y esperar que
llegue nuevamente un nuevo día. O lo que es peor desconectarte de tu pantalla caminar cinco pasos hasta tu dormitorio y acostarte agotado esperando el siguiente día.
Mientras su humanidad se desvanece en el tiempo, nuestros hijos crecen, nuestras canas aparecen, las arrugas se van notando, las cosas que hacíamos por pasión se desvanecen y así, una larga lista de efectos que nos lleva mantener un trabajo que no nos permite nuestro desarrollo personal.
Así que la salud mental se consigue logrando el control de nuestras vidas, manteniendo el contacto social, y sacando tiempo para el manejo saludable también siguiendo los Tips de este artículo.
En este punto no queremos que se interprete nuestras recomendaciones como llegar a extremos de renunciar a tu trabajo, pero sí de entender cuáles son tus valores y si estás trabajando día a día para alimentarlos, cuando entramos en contravía entre lo que somos y nos obligan a ser, es donde nuestra mente sufre.
Así que un análisis interno nos puede llevar a entender si trabajo por la seguridad de pagar tus cuentas es importante para ti, o si por el contrario tu trabajo te brinda la posibilidad de tener la libertad de movilizarte de una ciudad a otra mientras conoces diferentes culturas o paisajes, que darán a tu vida experiencias inolvidables.
Cada uno tendrá que buscarlo por su cuenta y la tarea de encontrar sus motivos y sus valores le dará las fuerzas para afrontar los problemas que le arroja la vida y su mente y sus seres queridos se lo agradecerán.
leidi says
ummmmmm eso pasa en la imaginacion……porque casi siempre queda in pesimo ambiente cuando uno renuncia a un trabajo, ni derecho se tiene como trabajador de renunciar dignamente, y sale uno es traumatizado ……….mentalmente se termina mal porque por lo general siempre se renuncia porque uno ya se sienmte es agoviado……
Alejandro Leguizamo says
Muchas gracias por tu opinión, Claro que si te entendemos, pero es un cambio al que esperamos puedan llegar las organizaciones cuando aplican procesos como la medición de riesgo psicosocial y de clima laboral, que permitan también detectar los casos que mencionas y plantear medidas de prevención o corrección mediante programas de riesgo epidemiológico. Estas medidas hacen parte de nuestra misión como empresa, dado que queremos cambiar la situación, también te invito a explorar el camino de la introspección, porque muchas veces estamos en el lugar equivocado solo por necesidad, así que quedan las dos reflexiones abiertas.